Con la tecnología de Blogger.
RSS
Container Icon

El Hombre Remedio

EL HOMBRE REMEDIO

-Murió mi amigo Godofredo, murieron mis demás amigos, murieron mis hermanos, murieron también mi padre y mi madre como consecuencia de la epidemia que asoló estas laderas de Calquis-, refería Pío Quinto Cabanillas a sus sempiternos amigos de sus noches  de coqueo, sentado, displicente, sobre la talega de coca a  la que la había inundado con anisado  para  que al calor de sus posaderas “tomara cuerpo”
-Yo fui uno de los pocos suertudos-, dijo categórico don Pío, -a los que no les afectó las fiebres; y, una noche, en la que mi mujercita parecía moribunda le dije: de esta noche no pasas, por tanto te voy a dar la “despedida”, así lo hice y para mi sorpresa mi mujercita vio la luz del nuevo día. La noche siguiente repetí la “despedida” y al otro día mi Manuelita dejó la cama y reinició sus labores en la casa y en el campo, cuidando los pocos animales que de las calenturas se habían salvado. Un silencio expectante cubrió la salita, alumbrada con un lamparín, solo el acompasado golpear del chufrán en el calero salmodiaba la noche.

-Aunque ustedes no lo crean me invadió un enorme sentimiento de culpa –Dijo, vehementemente concluyente, don Pío Quinto Cabanillas,  a los amigos, -Les juro que si sabía que era un hombre remedio, ni mi madre, ni mi padre hubieran muerto-.
Antonio Goicochea C.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

0 comentarios:

Publicar un comentario